Personas que sueñan conmigo:

23 de octubre de 2013

Capitulo 36.-{Let me love you} Maratón.

*Recapitulando*
-¿Estas sugiriendo que Sandy podría estar viva?-Elevo una ceja.
-Bueno, podríamos ir a comprobarlo.-Carraspea, moviendo la cuchara de la taza de un lado a otro.-Ya sabes…
-Oh no.-Niego.-Me niego en rotundo a profanar tumbas, que no vamos, ¿y si se entera Justin? No, enserio.
-Entonces nunca sabremos la verdad.-Dice.-Vamos Vanessa, por favor.
Miro a mí alrededor, buscando alguna respuesta de algún sitio, algo que me ayudase a decidirme. Al final miro a mi amiga, con los ojos brillosos.
-Está bien.-Digo, aunque sé que está mal.
Capítulo 36.- {Let me love you} Maratón.
Después de pagar lo que hemos tomado e investigar varias cosas más nos ponemos en marcha al cementerio donde supuestamente allí tendría que estar la tumba de Sandy, no me puedo creer que esté haciendo esto. Tenemos que conducir por varias horas porque el cementerio a donde tenemos que ir no se encuentra aquí en Seattle sino en otro pueblo algo lejano de aquí. Cuando llegamos, todo está completamente solitario y un frio helado me sacude todo el cuerpo. Suspiro, ahora mismo no tendría que estar aquí.
-Vamos, relájate.-Susurra Debi mientras entramos.
La puerta alta de rejas negras con la pintura entreabierta está algo deteriorada  y totalmente desencaja con lo cual podemos abrirla con bastante facilidad. A estas horas tendría que estar abierto para el público pero para nuestra suerte, por causas desconocidas hoy no podían abrir. Y tampoco sabía cómo nosotras íbamos a destapar una tumba, pero bueno.  Pasamos hacia adentro donde todo está consumido en el más profundo silencio, no me puedo creer esto ni aun. Comenzamos a revisar todas y cada una de las tumbas que hay en el cementerio una por una, pero hay tantas que nos podríamos tirar aquí dos días enteros buscando porque hay fechas incluso de los años 1.800. 
-Esto está mal.-Le digo a mi amiga agarrándola del brazo.
-Cállate.-Rueda los ojos.
-Si Justin se entera me odiará, no querrá verme nunca más.
-Pues no le digas nada.-Eleva sus hombros.-Mira para ir más rápido vamos a separarnos ¿sí? tu ve por la allí y yo por la derecha, nos encontramos arriba.
-Bien.-Asiento.
Coloco bien mi bolso en el brazo y voy hacia donde me ha indicado, empezando por abajo del todo dónde no encuentro nada, cada vez voy subiendo poco a poco revisando cada uno de los nombres de toda la gente que hay pero ninguno con el nombre u apellidos de Sandy. Mi móvil comienza a vibrar del interior de mi bolso.
-¿Si?-Pregunto en voz baja.
-Lo encontré.-Responde mi amiga por el teléfono.-Ve todo recto hacia arriba y luego a la derecha.
Y cuelga, enseguida me encamino siguiendo sus indicaciones perfectamente, hasta que por fin me la encuentro sacando un montón de cosas extrañas. Ahora mismo tengo la piel de gallina, no me puedo creer esto joder, yo no soy así.
-Ayúdame, venga.-Me anima mi amiga.
-Debi esto no está bien.-Digo mordiéndome el labio inferior.-Vámonos, no quiero hacerlo.
Por el rabillo del ojo, veo una extraña sombra cruzar de una punta a otra que me congela la sangre, esto ha sido un tremendo error.
-Por favor.-Le pido moviendo mis piernas ante el nerviosismo.-Además creo que hay alguien.
-¿Estás segura?-Mira de un lado a otro.-Bueno, como quieras tía.
-Gracias.-Dejo caer mi respiración que he estado aguantando. Durante varios minutos.
Le ayudo a recoger todas las herramientas que ha sacado para abrir la tumba y una vez guardado todo salimos lo más rápido que podemos del cementerio, la puerta que habíamos dejado cerrada ahora estaba abierta con lo cual eso significaba que alguien había entrado, lo sabía y ese sentimiento no me agradaba en absoluto. A lo mejor nos habían visto o posiblemente el guarda hubiera oído ruidos y se hubiera acercado, pero nos habría preguntado que qué hacíamos, menudo lio. Afuera el coche de Debi nos está esperando justo enfrente así que enseguida montamos en el y nos alejamos del cementerio. Por la ventanilla puedo ver como poco a poco aquel sitio se va haciendo más diminuto hasta el punto de que se esconde entre los arboles ocultándose por completo. Vuelvo a colocarme bien el coche y saco el móvil marcando el móvil de Justin.
-¿Cómo vas preciosa?-Pregunta en cuanto lo coge.-Te echo de menos.
-Y yo.-Rio, pues a penas llevábamos separados varias horas.-Estoy yendo para casa, en una hora más o menos estaré allí.
-¿Tanto?-Exclama.- ¿Dónde habéis ido?
-No es mucho.-Respondo ignorando su última pregunta.-Nos vemos, te quiero.
-Más.
Y cuelgo el teléfono con una gran sonrisa en la cara, aunque con el pecho lleno de culpabilidad. Impossible de James Arthur suena en el reproductor de música que tiene el coche y amo esa canción, así que me paso todo el trayecto cantándola. Cuanto antes olvidara que había ido a abrir el sepulcro de Sandy muchísimo  mejor. Al cabo de un poco menos de una hora conseguimos llegar hasta la puerta del Starbucks donde en un principio habíamos quedado, bajamos del coche.
-¿Seguro que no quieres que te lleve hasta la casa de Melanie?-pregunta.
-No.-Niego, puesto que esa casa ahora solo era cenizas.-Iré a pie no te preocupes.
-Bueno.-Asiente.-Un placer haber estado contigo, te echaba de menos.
-Lo mismo digo.-Me acerco a ella para abrazarla.-Ya nos vemos.
-Si.-Sonríe.- ¡Bye!
-¡Chao!
Vuelve a adentrarse en el coche y espero a que este se ponga en marcha para segundos más tarde marcharme hacia el hotel de nuevo usando mis cansados pies, suerte que no me había puesto tacones porque si no ahora mismo tendría que estar caminando descalza. El hotel no pilla muy lejos aunque si lo suficiente como para que entre por la puerta de la habitación agotada, como si hubiese corrido una maratón. Justin está allí jugando a la play con los chicos y al verme tira el mando a un lado de la cama para correr hacia mí. Agarra mi cintura fuertemente para atraerme hacia él y besarme.
-¡wow!-Exclamo separandome.-Yo tambien te he hechado de menos. Hola chicos.
-¿Que hay?-Saludan todos a la vez.
-Fuera todos.-Ordena, Vanessa y yo tenemos cosas que hacer.
Le miro a Justin encarnando una ceja, ¿enserio? ¿O solo decía eso para que se marchasen? que yo supiese no teníamos nada. Un rubor se extiende a lo largo de mis mejillas tornándolas de un color rojizo mientras los amigos de mi novio comienzan a salir uno a uno por la puerta, palmeándome el hombro cuando pasan por mi lado.

---------------------------------------------------------------------------
PARA SEGUIR LEYENDO EL SIGUIENTE CAPITULO DE LA MARATÓN HAZ CLICK AQUI: 
http://nuncatedejareirjustin.blogspot.com/2013/10/capitulo-37-let-me-love-you-maraton.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario